Personajes Principales

Aben y Meda tuvieron cuatro hijos: Jabotz, Guérodar, Ejis y Efta. Y cuatro hijas: Luyna, Pamalta, Zenasha y Gatlla.

De la descendencia del primer hombre y la primera mujer provienen todos los hombres que habitan Taleratz.

Entre los principales nombres que surgen a lo largo de la historia están los siguientes:

SOLGER: el rey de linaje inferior.

Hijo de Ardloz, un humilde campesino del país de Jabotz, y rey de Voyl, aunque no por sangre sino por justicia y valor.

El jinete rubio, el rey idealista cuyas hazañas militares y reformas políticas le hicieron popular en todo el país de Jabotz. Liberador de esclavos, defensor de los oprimidos, Solger es el primer hombre del país de Jabotz que se atreve a decir que todos los hombres son iguales, sin importar sus orígenes, y que la religión verdadera no está en los grandes templos ni en los ídolos de piedra de las dieciséis religiones que coexisten en las naciones.

Son sus sueños y visiones del fin las que dan origen a esta historia.

ÓRLEDAN: el campesino obstinado.

El hombres más fuerte del mundo, tosco, orgulloso, indiferente a los problemas del mundo. Es del país de Ejis, por lo que su piel es oscura y el nombre de sus ancestros un misterio.

Un día fue un esclavo, liberado por su amigo del norte con quien viajó por el mundo en una serie de aventuras descritas en «las crónicas de la guerra contra los grises», un escrito real que conmemora la victoria más grandes de los hombres justos. Tras esta larga y desgastante guerra decide alejarse de los conflictos del mundo y morar en las pocas tierras libres del sur, con su esposa e hijos.

LIPÁRAKO: el excéntrico maestro de combate.

Un mestizo hijo de Ejis y Efta. Calvo, de piel bronceada, ropas oscuras y larga barba.

Sus métodos son discutibles, su personalidad motivo de burlas y sus hábitos de higiene muy cuestionables. Terco, poderoso, sarcástico. Ama la guerra, el conflicto y la vida de un nómada en búsqueda de discípulos. Su padre fue igual, y el padre de su padre. Su pasado trágico justifica muchas de sus decisiones. Poco le importan las riquezas o las viejas disputas nacionalistas, no se identifica con ningún reino, nación o religión del mundo conocido.

AZLEBOR: el profeta olvidado.

Un pacífico anciano habitante de las montañas azules. No practica ninguna de las dieciséis religiones de Taleratz, aunque en su espíritu puede ver y escuchar cosas que los hombres comunes no podrían comprender. Su báculo negro y sus ropas azules lo distinguen como parte de una antigua orden fundada por el mismísimo Aben, una orden de hombres justos que velan por el cumplimiento de las profecías.

PRANTUR: el gigante cobarde.

Hijo de hombres comunes, con un hermano como él y dos hermanos llenos de odio y maldad. Es sabio e inteligente, ama la historia y la verdad, su corazón es noble y su única aspiración es la paz y el honor. Sabe que es distinto a los demás gigantes, y se enorgullece de ello.

Su edad es un misterio incluso para él, pues no recuerda mucho de sus orígenes ni cómo empezó su desdichado deambular propio de todos los gigantes. Es uno de los pocos seres vivientes que mantiene una comunicación constante con Aben, y miembro de una antigua orden cuyas ropas azules y símbolos de fuego y justicia recuerdan los principios con los que el mundo fue creado y la clave misma para la preservación de la raza humana.

YANUTSA: una mujer furiosa.

Hija de reyes depuestos, convertida en huérfana y campesina, junto a su hermano sobrevivió a toda clase de penurias y persecuciones entre los que reconocieron sus orígenes nobles.

La última de sus muchas tragedias le dará el impulso necesario para abrirse paso en un mundo de hombres.

UXAL: el mago joven.

Ambicioso y vanidoso, descendiente de los reyes de Arol, de hermoso parecer y talento indiscutible para la guerra y la política. Discípulo de Mául, señor del sur, aunque su corazón y su lealtad está en otra parte.

MÁUL: el último de los Grises.

Discípulo del legendario Úmoj, el primer hombre que invocó a los espíritus mayores. De su maestro aprendió a nutrirse del espíritu de los hombres, de la ignorancia, de la pobreza, y en especial, de la guerra.

Su poder no había sido visto entre los hombres, y su ambición es la misma de todos los caídos: venganza, poder y destrucción.

"Culto es aquel que sabe dónde encontrar lo que no sabe". Woody Allen.